El pasado mes de septiembre todos escuchamos esta noticia, tanto en la radio, en la televisión o la leímos en los periódicos: "Excluyen a diseñadora Elena Miró por llevar tallas grandes a pasarela de Milán ".
Aunque pueda parecernos una broma, todos sabemos que es una noticia real, y que quizás con ella se ha reabierto de nuevo el debate sobre los cánones de belleza y el peso de las modelos, pero en este caso la organización ha decidido cargarse las tallas grandes, ya que no debe de ser lo chic, la moda sigue empecinada en mujeres irreales, sin curvas y de tallas minis.
Desde hace algún tiempo hemos decidido instaurar una sociedad materialista basada en la imagen física, una belleza muchas veces de plástico y realmente inexistente, creando además el rechazo de todos aquellos que no cumplen con este perfil de moda. Se supone que desde hace unos años se esta intentando arreglar el problemas de las tallas, de las modelos excesivamente delgadas, la explotación de las modelos menores de 16 años,… Pero el eliminar a las modelos de tallas grandes no es comprensible ni lógico.
No entiendo el intento de las grandes marcas y de la sociedad en general, de intentar eliminar a las mujeres reales, con curvas y porque no, con unos kilitos de más, siempre que sea saludable, ya que los extremos, tanto uno como otro, no son buenos. Todos conocemos los trastornos de la alimentación, normalmente sufridos por adolescentes de todo el mundo, la imagen de extrema delgadez de modelos y famosas no ayuda en nada a las que padecen esta difícil enfermedad.
La obsesión por el cuerpo y la imagen perfecta nos afecta a todos, y noticias como esta o la imagen tan retocada de revistas y anuncios no apoyan a las personas que se sientan mal por su físico, un mal que no olvidemos estamos alimentando todos, al dar aprobación a este tipo de sucesos.
